- Este encuentro cuenta con la participación de especialistas de diversas partes del mundo sobre el tema.
- También participó la Dra. Izarelly Rosillo Garfias, investigadora de la Facultad de Derecho, con “Justicia climática. La responsabilidad global del respeto a la vida”.
La rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Dra. Teresa García Gasca, participó en la inauguración del 2do. Foro de Desarrollo Sostenible, WSDF, por sus siglas en inglés, que se realiza en el estado de Durango, el cual es organizado por el Gobierno de dicha entidad en colaboración del Movimiento POP (Proteger Nuestro Planeta). La WSDF es una iniciativa global para promover y movilizar acciones para la implementación efectiva del acuerdo de París sobre el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En su participación, “Seguridad alimentaria ante los retos del cambio climático”, la Rectora de la UAQ, expresó que la vulnerabilidad debido a este problema pone en riesgo a poblaciones enteras debido a la escasez de alimentos, la degradación del suelo y la pérdida de la biodiversidad. Mencionó que debe existir un frente común impulsado desde la sociedad, los organismos privados y los centros de investigación para comprender de forma integral la problemática y generar políticas públicas con enfoques transversales y haya medidas de adaptación y mitigación de dicha situación ambiental con la necesidad de erradicar el hambre en todos los sectores.
“Los Objetivos para el Desarrollo Sostenible vinculan a los Estados y a la sociedad en general por la erradicación del hambre hacia 2030. Ello implica la garantía de que todas y cada una de las personas, independientemente del grupo etario, posición económica o de identidad social al que pertenezcan, tengan acceso a alimentos”, expresó la Dra. García Gasca.
En este mismo sentido, la Rectora de la Universidad afirmó que, durante los últimos años, más de ochocientos millones de personas mantienen un consumo insuficiente de energía alimentaria, más de 150 millones sufren de retraso en el crecimiento, y hay una de cada 9 personas en el mundo sin alimentación adecuada.
“Parte de este fenómeno se debe a la transición alimentaria, que ocurre como consecuencia de una rápida urbanización que conduce a las personas a modificar sus hábitos alimenticios. Pasan de una dieta deficiente basada en cereales y tubérculos, a complementarlo con productos altos en azúcar y grasas. La urbanización no es sinónimo de desarrollo. La inseguridad alimentaria está relacionada con enfermedades, como la obesidad, emaciación, anemia y las dificultades para el aprendizaje”, apuntó la Dra. Teresa García Gasca.
Expresó que la vulnerabilidad que implica enfrentar los efectos de cambio climático, sitúa en estado de indefensión a poblaciones enteras que podrían verse afectadas ante la ausencia de alimento por la degradación del suelo y pérdida de la biodiversidad. Las poblaciones cuya subsistencia está basada en actividades económicas primarias ven en peligro sus usos, costumbres y tradiciones, que enriquecen el acervo cultural del planeta.
Por otra parte, la Dra. Izarelly Rosillo Garfias, docente investigadora de la Facultad de Derecho, especialista en la rama ambiental y miembro del comité organizador del Foro, presentó en este encuentro la ponencia “Justicia Climática. La responsabilidad global del respeto a la vida”, en la cual proyectó que en el supuesto que no tomen medidas eficientes globales e individuales para limitar el calentamiento global a menos de 1.5 grados centígrados, el derecho a la vida de las personas y los ecosistemas no puede ser plenamente ejercido.
Al respecto, la catedrática universitaria añadió que es importante reducir el 45 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono al año 2030, respecto a las del 2010 para alcanzar cero emisiones en 2050. También mencionó que la inadecuada exposición de los plásticos representa el 12 por ciento de los residuos sólidos en el planeta y, por ello, se requiere un cambio de modelo económico de producción y consumo, para transitar de una economía lineal a una circular.
“Con todo esto, tenemos un gran reto: aun sabiendo que estamos en crisis alimentaria, se desperdicia entre 25 y 30 por ciento de alimentos en el mundo, por lo que respecta al crecimiento urbano y poblacional, los residuos que se generan, tendrán un incremento de 210 millones de toneladas registradas en 2016 a 3 mil 400 millones de toneladas”, aseguró.