#Editorial Opinión | El agua como botín político

El reciente anuncio de la negativa de los diputados de Morena a aprobar el proyecto “El Batán”, destinado a garantizar el abasto de agua para la ciudad de Querétaro, podría pasar (para los más ingenuos) como desacuerdo técnico o un debate sobre prioridades.

Peeeeeero, en realidad es una jugada política calculada.

Su apuesta es clara: frenar una solución hoy para poder presentarse mañana como los salvadores que traerán el agua… pero solo cuando ellos llegasen a controlar el gobierno. Lo mismo pasó en tiempos de Peña con el proyecto del tren México-Querétaro. Les rascaron, le buscaron y le hallaron con qué y tumbaron el proyecto. Hoy son los paladines de la conectividad con el proyecto en marcha.

Esta estrategia, que mezcla oportunismo y sed de poder, pone en riesgo a miles de familias queretanas.

El acceso al agua no debería ser rehén de intereses electorales, ni mucho menos un trofeo que se reparte al ritmo de las campañas.

La ciudad necesita soluciones urgentes y sostenibles, no cálculos partidistas que prolonguen el problema para capitalizarlo en las urnas.

Para algunos, es preferible que la necesidad crezca si eso significa una oportunidad atacar al gobierno en turno y luego tratar de tomar el poder ondeando esa bandera.

La ciudadanía debe verlo con claridad y exigir que el derecho al agua esté por encima de cualquier estrategia política.

Porque el agua no se negocia, se garantiza.

¿Cómo estaríamos ahora si a Garrido le hubieran tumbado el Acueducto II?

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