Las áreas naturales protegidas son espacios en los que se busca proteger y conservar la biodiversidad, los ecosistemas y los recursos naturales. En México, estas áreas son reconocidas por el gobierno federal y estatal, y se dividen en diversas categorías según sus características y objetivos.
Entre las categorías de áreas naturales protegidas, encontramos los parques nacionales, las reservas de la biosfera, las áreas de protección de flora y fauna, los santuarios y los monumentos naturales.
Cada una de ellas tiene objetivos específicos de conservación y regulación de actividades humanas.
Los parques nacionales, por ejemplo, tienen como objetivo la protección y conservación de ecosistemas y especies, y permiten la realización de actividades turísticas y educativas controladas. Las reservas de la biosfera, en cambio, buscan fomentar el desarrollo sostenible y la conservación de los recursos naturales, mediante la conciliación entre las actividades humanas y la conservación del medio ambiente.
Para lograr estos objetivos, se establecen regulaciones específicas para las actividades humanas dentro de las áreas naturales protegidas. Por ejemplo, en algunas de estas áreas se prohíbe la caza, la pesca y la tala de árboles, mientras que en otras se regula el acceso a ciertas zonas para evitar la alteración de los ecosistemas.
Además de la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales, las áreas naturales protegidas también tienen una importante función educativa y turística.
Al visitar estas áreas, los turistas pueden conocer la riqueza natural del país y aprender sobre su conservación y cuidado.