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Con el fin de proporcionar a las PyMES una guía financiera y operativa que les permita realizar una autoevaluación, así como brindarles recomendaciones para reiniciar su operación ante la nueva realidad, Canacintra Querétaro presentó la plática “El recuento de los daños”.
Ante socios de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en Querétaro, que preside Jorge Rivadeneyra, este viernes Alejandro Huerta de la consultoría “Valuación Estratégica”, dio a conocer que de acuerdo con la encuesta CEO de PwC, hecha en Estados Unidos y México, las empresas tienen tres grandes preocupaciones; el impacto financiero incluido el efecto en los resultados de la operación, la liquidez y el financiamiento (el 74 por ciento); la recesión global y los efectos en el capital de trabajo y la reducción de la productividad.
Explicó que en la medida que las empresas se anticipen a implementar estrategias eficaces que les permita salir a flote de la crisis, mayores serán las posibilidades de atender la contingencia: “existe la necesidad de transformar sus organizaciones para adaptarlas a la nueva realidad, alineando sus procedimientos operativos y gestionar sus procesos clave de impacto hacia los clientes, proveedores y colaboradores”.
Los empresarios tienen como primera responsabilidad, sobrevivir y mantener sus operaciones, con estrategias, ánimo y capacidad para conservar su planta productiva: “para tener solvencia y liquidez, los saldos de cuenta en caja o bancos deben ser suficientes para cubrir nuestras obligaciones por 6, 8 o 12 meses, además de contar con líneas de crédito accesibles y revolventes. Es importante también revisar nuestros inventarios de materia prima y de producto terminado”.
Alejandro Huerta detalló que a corto plazo, las empresas tienen la obligación de renegociar los pagos con sus proveedores, acreedores, prestadores de servicios y por supuesto, con los trabajadores y detalló que entre las estrategias clave se encuentra la implementación del comercio electrónico; acuerdos comerciales con los clientes; identificar a colaboradores esenciales en términos de talento y competencia para resolver problemas; definir los nuevos objetivos de la organización, metas e indicadores clave de desempeño y promover la nueva cultura empresarial, basada en la colaboración, solidaridad, compromiso e innovación.
“El reto en esta nueva realidad es recuperarnos en el menor tiempo posible, con ánimo y convicción, fortaleciendo nuestros procesos operativos con tecnologías digitales y simultáneamente repensar un nuevo modelo de negocio con un enfoque de integralidad, equilibrando los compromisos sociales, económicos y ambientales”, concluyó.