La esencia del cristianismo – Ludwig Feuerbach
Ludwig Andreas Feuerbach es uno de los filósofos alemanes más infravalorados de todos los tiempos y sin duda, uno de los más interesantes. Fue un seguidor del pensamiento de izquierda de Hegel y quien introdujo, por primera vez, el concepto de “enajenación”, que más tarde emplearía el propio Karl Marx para expresar sus ideas sobre la influencia de la sociedad en el individuo.
Su pensamiento ateísta y antropológico se ve reflejado en su obra más emblemática, “La esencia del cristianismo”, escrita allá por 1841. En este magnífico y complejo libro, Feuerbach plantea que el Dios cristiano no es más que una idealización del ser humano, quien en su descontento consigo mismo, se percibe ilimitado, omnipotente e inmortal, con ayuda de la imagen de un ser superior.
Él entiende que la teología es la forma más pura de antropología, pues Dios ha sido usado para divinizar al ser humano, para glorificarlo. Feuerbach piensa que la esencia de este Dios, creado a la imagen y semejanza del ser humano, es la propia esencia de la humanidad. De igual forma, este Dios habría sido creado para justificar las ignorancias que, en su momento, tenía el ser humano, ya que todo lo que no entendía, se lo atribuía a Dios.
Andreas resumió su pensamiento en la acertada frase: “homo homini deus”, que podemos traducir del latín como “el hombre es el Dios para el hombre”. En resumen, para Feuerbach, Dios no es más que un invento del ser humano.
El Anticristo – Friedrich Nietzsche
Friedrich Wilhem Nietzsche es quizás el filósofo más mal interpretado y satanizado de toda la historia. Y no es sorpresa, pues incluso llegó a firmar cartas bajo el seudónimo de “El Anticristo”. Él, definitivamente, odiaba al cristianismo y no dudó un segundo para exponer, con una exquisita elegancia y de la forma más poética posible, su postura en contra de esta religión.
Nietzsche, quién creció en una familia sumamente religiosa, empezó estudiando teología, pero abandonó ese camino para dedicarse a la filología. Él escribió este polémico libro en 1888, pero no fue publicado sino hasta 1895. En su obra, Friedrich plasma su nausea y «con un martillo», ataca lo que para él es, el más grave error de la humanidad.
El Anticristo no es un libro para cualquiera, pues para entenderlo y disfrutarlo al cien por cien, es necesario estar empapado de la filosofía de Wilhem. Uno también tiene que estar consciente de que Nietzsche no tenía pelos en la lengua y puede ser muy despectivo a la hora de describir a los creyentes y a los predicadores. Es un libro muy fuerte.
Ésta obra es una crítica. Así de fácil: una fuerte crítica. Es una crítica histórica, metafórica y poética que ataca por todos lados al cristianismo, desde sus valores hasta la forma en la que se enseña. Él critica cómo es que esta religión domina a los más debiles y predica que hay que sufrir, para alcanzar la gloria eterna. Asegurando que el cristianismo es para los pobres, para los débiles y para los enfermos, Wilhem ilustra cómo esta religión impide el crecimiento de las ciencias y cómo no le permite a la sociedad progresar. Incluso, ve al cristianismo como algo contradictorio y completamente antinatural, que es utilizado para menospreciar la vida terrenal.
He de mencionar que Nieztsche no odia a Jesús. De hecho, lo considera un sabio. Lo llama «el último y único cristiano». Pero hasta ahí. El problema para el alemán nunca fue Jesús, sino sus seguidores y los que utilizan su palabra para dividir y para controlar.
El libro es una de las más grandes obras de Nietzsche, pero está lejos de ser la mejor, pues ese lugar lo tiene “Así habló Zaratustra”: una joya para la literatura universal y su más grande aportación. El Zatustra es un libro fantástico, en toda la extensión de la palabra, es el reflejo de la lucidez de un sapientísimo, de un superhombre, de un hombre adelantado a su tiempo, de un genio, de un vitalista que buscaba que el ser humano volviera a amar esta vida terrenal, sin miedo al castigo eterno o a la gloria eterna, que pensara en el hoy y no se preocupara por el mañana. Él quería que el ser humano abrazara su naturaleza y que no se avergonzara de ella.
Por qué no soy cristiano – Bertnard Russell
El libro consta de catorce ensayos escritos entre 1899 y 1954. En ellos, el sabio Russell plasma su postura con respecto al cristianismo y le critica, desde la satanización de lo sexual, hasta su carencia de lógica.
Bertnard asegura que la principal razón por la que la gente cree en el cristianismo, y en la religión en general, es por miedo. En “Por qué no soy cristiano”, Russell rechaza “la causa primera” (el primer motor inmóvil, de Aristóteles), pues para él no hay por qué pensar que alguna vez hubo una causa primera.
Russell también desarma muchos de los argumentos que los cristianos utilizan para debatir sobre la existencia de Dios. Habla de la división que ha traído consigo la Iglesia y describe a la religión como un fenómeno social. También escribe que la Iglesia ha peleado con intelectuales como Galileo, Freud y Darwin, además asegura que es muy poco lo que queda de Cristo en el cristianismo. De igual forma, Bertnard describe cómo esta religión ha impedido el crecimiento de otras y ha tachado a las demás de falsas.
Es un libro muy interesante y sencillo de leer, ya que Russell es un gran escritor.