Cine, Editorial 1 enero, 1970

Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad por Juan Pablo Lagunes @juampslag

por Redacción

Si algo caracteriza a las películas de nuestro querido cineasta tapatío, Guillermo Del Toro, es la presencia de monstruos en ellas. Hemos visto superhéroes en Blade II y Hellboy, Kaijus en Titanes del Pacífico y monstruos sobrenaturales en El Laberinto del Fauno y La Forma del Agua. El galardonado director siempre ha mencionado que de niño encontraba su refugio en sus monstruos, y que mientras algunos buscaban la guía en Jesucristo, él lo hacía con Frankenstein. Sí, así de retorcido puede estar el gordito, pero todos debemos coincidir en que el señor sabe lo que hace.

En Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad, Del Toro funge como productor y como guionista, mientras las riendas de la dirección las toma André Øvredal, el cual venía de hacer un gran trabajo con La Morgue (TheAutopsy of Jane Doe). En esta ocasión, ambos se desempeñan destacablemente. Lo platicamos más adelante.

La cinta está basada en la serie de libros del mismo nombre escrita por Alvin Schwartz, por lo que la premisa es sencilla, al grado de caer en varios estereotipos o clichés dentro del género de terror (Adolescentes entran a una casa abandonada, la caja musical con la bailarina, el amigo que no cree lo que es evidente…); pero el guion no es el punto más fuerte de la película. Un grupo de amigos entran a una casa abandonada en la noche de Halloween de 1968 y toman un libro en el cual la fallecida Sarah Bellows solía escribir sus historias, y posteriormente, descubren que estas se volvían realidad.

Es importante destacar que la intención de la película es sencilla y se enfocarán fuertemente en ella, pero esto implicará dejar de lado algunos elementos que podrían hacer a la gente decepcionarse de ellos; como lo son las actuaciones y el guion. Si tomamos en consideración películas como Eso (2017) o series como Stranger Things, sabemos que el grupo de amigos es el núcleo de toda la narrativa y la principal conexión con el público; en esta película, no es el caso. Los personajes son olvidables y no representan nada novedoso al género, además de que no tienen mucho tiempo para convivir o demostrar su amistad, por lo que al público no termina de importarle que la hermana de uno de los amigos esté a punto de morir, por ejemplo. Esto es en gran parte por el guion, porque, aunque la historia tarda en despegar poco menos de media hora, no se aprovecha la introducción para generar un apego por parte de la audiencia hacia estos personajes. También está el caso de que se ambienta la película en la época de la Guerra de Vietnam, pero esto resultó intrascendente en toda forma.

Ahora vamos al punto fuerte de la película, que en realidad es tan bien logrado que la vuelve entretenida y que valga la pena verla: el miedo. Es aquí donde se demuestra el talento de Øvredal para dirigir terror, ya que, aunque es una película para adolescentes, no para adultos (lo que hace que no se pueda mostrar un horror difícil de digerir); con sus secuencias tan bien construidas logran estremecer tanto al joven de 13 años, como al adulto de 50. Esto es porque las escenasde miedo se enfocan mucho en la construcción de éste; a lo que me refiero es que ya sabes que el monstruo va a entrar a la habitación del muchacho, pero a pesar de ello, el manejo de cámara, la edición y los tiempos empleados, son lo que en verdad te asusta, ya que al final, el espanto siempre es un jump scare que ves venir. Mención especial para la secuencia de la habitación roja, ya que debo decir que es de las mejores escenas de terror que yo he visto últimamente y que en realidad no da miedo. Imagínense eso. Además, para Del Toro era muy importante que los monstruos fueran traídos a la vida por medio de los efectos prácticos, lo que significa que realmente hay unactor con un traje interpretando a un espantapájaros, a una señora sin dedo del pie, a un monstruo con apariencia de saliva moldeada y a otro que se arma y se desarma. Contando con 25 millones de dólares de presupuesto, esto se hizo con la intención de emplear la menor cantidad de CGI (Efectos especiales hechos por computadora) posible, y es muy acertado, porque cuando vemos estos efectos en pantalla, no son para nada convincentes. 

Es poco probable que Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad sea una película de terror trascendente, ya que carece de los elementos que películas de terror contemporáneas como Eso o El Conjuro sí que contienen, como lo son el presupuesto, principalmente; las actuaciones y el desarrollo de personajes por medio de un guion sólido; pero en verdad es una película entretenida que vale la pena ver y que logrará estremecerte haciendo que te dé más miedo esperar el espanto, que el mismo susto final. André Øvredalparece haberse consolidado dentro del género de terror/suspenso y valdrá la pena observar sus próximos trabajos.

 

Calificación: 7.5/10.