¡Adiós a un Grande!
Ricardo Rocha era un paisajista del lenguaje.
Un exacerbado y pulcro descriptor de escenarios. Conocía perfectamente el ciclo de vida de la información y las bifurcaciones que la noticia toma, tanto en posibilidades como en realidades.
Ricardo era ese “pincelador” y chispeante relator de la historia cotidiana y sabía hacer match con el paralelismo de la vida.
Tenía ese ojo clínico para calibrar milimetricamente cada átomo de esa materia volátil que se llama: noticia.
Lector asiduo, amante del arte, y también del arte de poner en escena sin tapujos la lacerante realidad.
Sin miedo a lo que viniera se enfrentó con quien tenía que hacerlo y quedó digamos, relegado, pero…su legado aquí permanecerá siempre.
¡Hasta siempre maestro!