Esta mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confesó que su administración no ha podido combatir adecuadamente a la violencia y a la inseguridad.
López Obrador mencionó que se siente satisfecho con respecto a los avances registrados en contra de la corrupción, de la pobreza y de la impunidad, más no con los obtenidos en cuestiones relacionadas con la violencia y con la delincuencia organizada.
Pese al actual fracaso, el mandatario prometió que su gobierno está trabajando para atender las necesidades de la población. Asimismo, indicó que fueron “sus adversarios” los que comenzaron esto, pues, de acuerdo con el presidente, ellos dejaron que creciera la pobreza, la desigualdad y la corrupción; es decir que, lo que está sucediendo, es por “inercia” ya que fueron sus opositores los que abandonaron al pueblo.