Los trastornos alimenticos son afectaciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan de manera negativa a la salud y las emociones. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo. La mayoría de estas enfermedades se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa conductas de alimentación sumamente peligrosas. Estos trastornos alimenticios pueden causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y a su vez derivar en otras enfermedades. Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia, aunque no se descarta la posibilidad de aparecer en otras edades. Sin embargo, si se les da el tratamiento adecuado se puede volver a tener hábitos alimenticios saludables
Aunque se desconoce la causa exacta de los trastornos de la alimentación, la genética, la salud psicológica y emocional se caracterizan por ser algunas de ellas. Algunos factores de riesgo que pueden provocar este tipo de enfermedades son: antecedentes familiares, otros trastornos de la salud mental, dieta o hambre y estrés. Estos trastornos pueden causar diversas complicaciones, algunas de las cuales se consideran mortales. Estas complicaciones son: depresión, ansiedad y pensamientos o conductas suicidas. Si bien no hay una manera exacta de prevenir estos trastornos de la alimentación, existen al menos algunas estrategias para evitar caer en estas enfermedades las cuales son: confirmar y reforzar una imagen saludable y evitar hacer dietas excesivas.
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