Una investigación de Daniel Feregrino Vázquez, alumno de la carrera de Licenciatura en Gestión del Capital Humano de la Universidad Tecnológica de Querétaro.
Los profesores han sido de los más afectados. Todos hablan de los cambios y problemas que trajo el COVID-19. La mayoría de los docentes ha tenido problemas desde conectividad, equipo de cómputo insuficiente, varios han perdido sus empleos y estabilidad.
Han tenido que ingeniárselas para seguir este camino y no dejar a sus alumnos a medias.
Han perdido su tiempo libre, se han dedicado de lleno a nuestros trabajos a nuestras tareas, han perdido la intimidad de su espacio personal. Como alumnos solo puedo decir que la mayoría de lo que aprendimos fue gracias a los profesores.
Todos hemos tenido una materia especial, un profesor que siempre nos alegró la clase, que nos hizo admirar una materia, que con pasión nos dedicó su conocimiento con el fin de que progresemos en la vida.
Nosotros los alumnos extrañamos nuestras escuelas, a nuestros docentes a sus aulas, al contacto directo con la gente que nos guía, y los docentes nos extrañan a nosotros.
Lo mínimo que podemos hacer es dedicarnos y ayudarlos con nuestra participación y compromiso en las clases en línea que nos ofrecen.
Los maestros es una dedicación muy humilde, nos dan todo su conocimiento para que los superemos, para que nos hagamos grandes a costa suya, y si les preguntas sus razones de felicidad es ver a sus alumnos progresar, que los superen que sean grandes.
Los profesores saben que son una escalera para sus alumnos, que los utilizaremos y dejaremos. Por eso admiro mucho esta profesión a personas tan dedicadas que he tenido que son mis profesores.
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