El día de ayer, con una nueva votación a mano alzada, el presidente López Obrador canceló el Metrobús de Durango.
“Nada más para medirle el agua a los camotes”, Andrés Manuel les solicitó a los participantes de su evento levantar la mano para votar a favor o en contra de la construcción del metrobús. Al contestar, la mayoría, que querían que se suspendiera el proyecto, López Obrador optó por cancelarla.
El mandatario indicó que el dinero que iba a ser utilizado para sacar adelante el proyecto será destinado a obras para abastecer de agua y para mejorar en el sector salud de dicha entidad.
Esta simulación de un acto democrático bastó para que el mandatario tomara la decisión de cancelar el metrobús.
Es bueno que se tome en cuenta la opinión del pueblo, pero no nada más de un sector de él, sino de todo, pues no todos los habitantes asisten a los eventos del presidente mexicano.
Es importante resaltar que esto no es ningún acto democrático, pues no se brinda la información necesaria para emitir una acertada opinión sobre el tema y, por ende, la gente comúnmente decide a ciegas. De igual forma, podríamos sospechar que Andrés Manuel y su equipo llenan con sus simpatizantes este tipo de eventos, por lo que la opinión de “sus opositores” no estaría siendo tomada en cuenta.