A manera de homenaje y reconocimiento a quienes por más de 50 años han participado en la Procesión del Silencio y como una forma de seguir viviendo la tradición, el Patronato de las Fiestas del Estado de Querétaro elaboró dos esculturas de Cirineos, las cuales fueron colocadas en el atrio del Templo de la Santa Cruz.
Es el lugar de donde la Procesión sale año con año y que en esta ocasión se verá interrumpida por la situación provocada por la pandemia del Covid-19.
Estas esculturas reconocen también a los Cirineos de hoy, que enfundados en bata de médicos, enfermeros y todo el personal del sector salud ayudan a cargar la cruz de los enfermos y salvan vidas.
