Una de las costumbres más características de la Semana Santa es la cobertura de las imágenes con un velo de color morado, un color típico de los tiempos penitenciales de la iglesia, esta tradición católica comenzó en el siglo XI y aunque no es obligatoria aun es notoria en los templos queretanos.
Esta antigua tradición tiene como objetivo que los creyentes católicos enfoquen su atención únicamente en la Cruz, para no desviar su atención en otras imágenes religiosas que se encuentran dentro de los templos, comentó, Martín Lara Becerril, vocero de la Diócesis de Querétaro.
El tapar las imágenes en las iglesias fue una costumbre que se realizó antes del Concilio Vaticano Segundo, se tapaban los Santos y solamente se dejaba destapada la Cruz, para que el cristiano católico que iba a la iglesia solamente se centrará sus ojos y su atención en Cristo”.
Explicó que con la reforma del Concilio Vaticano Segundo se mantuvo esta con la finalidad de seguir resaltando el misterio pascual de Cristo durante estas fechas con su Pasión, Muerte y Resurrección.
“Nosotros seguimos ricamente adornados con imágenes de todos los santos, entonces la costumbre continua para resaltar la vida de Cristo y solamente nos enfocamos en Cristo en su misterio pascual, pasión, muerte y resurrección”.
Puntualizó que esta tradición también se realiza en hogares católicos, ya que la comunidad lo ha adoptado y ha hecho lo propio, demostrando su fe a través de los símbolos religiosos.
El color morado es un símbolo expreso de la Cuaresma, la penitencia y la vigilia, siendo este el color por excelencia durante la Semana Santa.