Los residuos biológicos son aquellos que provienen de la actividad humana o de la naturaleza y que son biodegradables, es decir, que pueden ser descompuestos por microorganismos. Estos residuos incluyen desechos orgánicos como restos de comida, excrementos animales, hojas y ramas, entre otros.
La gestión adecuada de los residuos biológicos es esencial para evitar problemas ambientales y de salud pública. Una de las formas más comunes de tratamiento de estos residuos es mediante la compostaje, que consiste en la descomposición biológica de los residuos orgánicos mediante la acción de microorganismos. El resultado final es un abono orgánico rico en nutrientes que puede utilizarse para fertilizar la tierra.
Otra forma de tratamiento es la digestión anaerobia, que consiste en la descomposición de los residuos orgánicos en ausencia de oxígeno. Este proceso genera biogás, que puede ser utilizado como fuente de energía renovable.
Además de estos procesos de tratamiento, es importante prevenir la generación de residuos biológicos mediante prácticas como la reducción de los desechos orgánicos en la cocina y en el jardín, el reciclaje de los residuos orgánicos y la separación de los residuos en origen.
Los residuos biológicos son un problema ambiental importante y su gestión adecuada es esencial para evitar problemas ambientales y de salud pública. La compostaje y la digestión anaerobia son algunas de las formas más comunes de tratamiento de estos residuos, pero es importante prevenir su generación mediante prácticas sostenibles