En el marco de las actividades del Festival Maxei por el 489 Aniversario de la ciudad Santiago de Querétaro, se realizó una video presentación animada de la Leyenda del siglo XIX “La Conspiración de Querétaro”.
María Josefa Crescencio Ortíz Tellez Jirón, mejor conocida como Josefa Ortíz de Domínguez, nació el 8 de septiembre de 1768 en Morelia, sus principales años de estudios se llevaron a cabo en el colegio de San Ignacio de Loyola en la Ciudad de México. Ahí aprendió a leer y a escribir, a conocer números, a rezar y a cantar. Era una niña curiosa, a tal punto que la directora del colegio le exclamaba: “Josefa eres la estampa de la audacia”.
Con el paso de los años dejó de ser una simple colegiada, se casó con el Corregidor Miguel Domínguez, de este modo se convirtió en La Corregidora de Querétaro. Su esposo era un representante de la justicia, él se encargaba de decir quien tenía razón en un pleito, y por defender a los débiles se ganó muchos enemigos, protestaban contra el maltrato que algunos españoles, dueños de los grandes talleres textiles de la región daban a sus trabajadores. Los obligaban a trabajar de sol a sol sin descanso, además los castigaban con 12 azotes si se equivocaban.
Miguel Domínguez y doña Josefa pensaban lo mismo, y es por ello que estaban decididos a darle fin al gobierno español, con este pensamiento decidieron hacer reuniones secretas en la misma casa de la Corregidora, en las cuales eligieron a Miguel Hidalgo como la cabeza del proyecto, mientras que Ignacio Allende lo mantendría informado de todos los proyectos.
Fue entonces que la mañana del 13 de septiembre doña Josefa quedó horrorizada, ya que había recibido la noticia en boca de su esposo, al encontrar pólvora en los costales de los hermanos González. Aquellos hermanos acudían a las reuniones secretas así que no sabían si ellos los delatarían, debido a la preocupación, Miguel Domínguez tomó la decisión de encerrar a doña Josefa en su propia casa.
Llena de desesperación toco con el tacón de su zapato tres veces en la pared de su habitación, de esta forma Ignacio Pérez logró escuchar su llamado, ella corrió hasta llegar al portal, e Ignacio Pérez estaba afuera, y doña Josefa a través de la cerradura le entregó un papel que decía: “Pérez vaya ahora mismo a San Miguel y dé aviso al capitán Allende de que la conspiración ha sido descubierta”.
Salió Ignacio Pérez a toda prisa sobre su caballo, ya no había tiempo que perder, entonces Hidalgo caminó al atrio de la parroquia de Dolores para hacer sonar las campanas, y con 700 hombres armados con palos, picos y machetes integraron en unas cuantas horas el primer ejercito insurgente.
Así fue como dio el inicio de la lucha por la independencia, gracias a la sincera preocupación de una gran mujer.
