La oportunidad para erradicar la violencia contra las mujeres es ahora. Por Connie Herrera

por Redacción

Hablar de la violencia que desafortunadamente las mujeres vivimos es un tema que nos duele en el alma, pero también nos motiva a seguir luchando para que cada día menos mujeres sufran cualquier tipo de violencia.

A través de acciones afirmativas desde la fracción de Querétaro Independiente queremos que sientan apoyo, que sientan que no están solas y que, por el contrario, tienen una aliada para salir adelante ante cualquier adversidad por difícil que ella parezca.

De dónde sale conmemorar un día en contra de la violencia en contra de la mujer, remontémonos a la historia, el 25 de noviembre de 1960, en la República Dominicana, fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal, activistas políticas, por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo, a partir de ahí la mujeres empezamos a manifestarnos, a agruparnos y exigir que se reconociera un día para hacer memoria de todas las compañeras que han sufrido cualquier tipo de violencia.

En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que definió el término violencia contra la mujer como sigue:

Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada.

En dicha asamblea, se reconoció que era necesaria «una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer. 

Las mujeres hemos sido vistas a través de la historia como el sexo débil, el sexo que no habla, el sexo que debe callar, el sexo que debe obedecer, pero en este siglo que hemos denominado “El Siglo de las Mujeres” es una gran oportunidad histórica para erradicar esos pensamientos retrógradas que sólo dañan a nuestro género. Y debemos decirlo que hemos avanzado a pasos agigantados. 

Asimismo, es imprescindible conocer y reconocer qué tipos de violencia existen en nuestras sociedades para poder combatirlos. Teniendo en cuenta que no existe un maltrato peor que otro, pues todos surgen de la discriminación y terminan en la violencia física, la opresión y hasta la muerte.
Entre las formas de violencia más común están:

1. La violencia económica
Corresponde a cualquier acción o acciones (sean estas directas o mediante la ley) que buscan una pérdida de recursos económicos/patrimoniales mediante la limitación (por ejemplo, las mujeres no pueden tener propiedades o hacer uso de su dinero o de sus derechos patrimoniales). Este tipo de violencia contra la mujeres es una de las más comunes, incluso en países con alto índice de desarrollo humano (IDH), e incluye todo tipo de acto que genere limitaciones económicas con la intención de controlar el dinero o privar de medios económicos para vivir de forma autónoma.

2. Violencia laboral
Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo en la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo de discriminación constituye uno de los más comunes también, y algunos ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles embarazos. Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres como mujeres.

3. Violencia institucional
Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos.

4. Violencia psicológica 
Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras acciones o decisiones. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento, produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio.

5. Violencia física
Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte a la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un empujón es violencia física y jamás debemos excusarla.

6. Violencia sexual
Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación. 

7. Violencia simbólica
Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad, el machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier rol de subordinación de las mujeres en nuestras sociedades. Se trata de un tipo de violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está anclado en la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o la transigencia ante valores que, tradicionalmente, se han aceptado dificulta el cambio.

Desde mi trinchera les puedo decir que estamos trabajando para ser mejores siempre, atendiendo de boca en boca a todas las mujeres que así lo requieran, ya sea con un abrazo, un gestión o simplemente escuchándolas, esa es nuestra pasión y por esos generamos espacios para que las mujeres nos ayudemos entre nosotras, recuerda si no lo hacemos nosotros quien lo hará.