2019, el año más violento de la historia
Bien lo advirtió Jorge Ramos: este será el año más violento del que se tenga registro.
Durante los primeros tres meses del año, México registró 8,493 homicidios dolosos, cifra que representa el trimestre más violento en la historia de nuestro país.
La cantidad de 8,493 homicidios sumada a la de las víctimas en diciembre del año pasado, nos arroja la impresionante cifra de 11,372 muertos en lo que va de la actual administración.
Tan solo en marzo de 2019, hay registro de 91.48 asesinatos al día. Es alarmante, pues en el mes, fueron 2,836 los que perdieron -violentamente- la vida. También se registraron 133 secuestros y 95 feminicidios.
Reflejo de esto fue la tragedia que aconteció en Minatitlán, Veracruz, la semana pasada, en donde un grupo de hombres armados acribilló a 13 personas, entre ellas un bebé de un año, mientras festejaban en una palapa que servía como salón de eventos. En Minatitlán, el número de homicidios ha aumentado en un 90% en tres años. En verdad es alarmante.
Tras los terribles hechos, Andrés Manuel López Obrador salió a escribir en Twitter:
“Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda de que la única doctrina de los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados.”
Una vez más, el presidente le echó la culpa a los demás, cuando él había prometido que todo cambiaría cuando llegara a la silla presidencial el primero de diciembre del año pasado. Hasta hoy, no había dado ninguna aclaración sobre la tragedia y tampoco había condenado los actos, lo único que hizo fue reprocharles a las administraciones pasadas.
Más que un candidato, este país necesita un líder capaz de cambiar la mentalidad de los ciudadanos: alguien que no permita que los homicidios y los altos índices delictivos estén normalizados.
El presidente ya no está en campaña, tiene que proponer soluciones que den resultados y dejar de buscar a quién culpar.